‘Una odisea’: Por estas situaciones, educadores de Conafe enfrentan diariamente
En la zona maya, los maestros fueron nombrados como 'Héroes anónimos' al persistir para llevar la educación a los niños.
En el corazón de Quintana Roo, los educadores de Conafe (Consejo Nacional de Fomento Educativo) enfrentan diariamente una serie de retos para llevar educación a las zonas más remotas y marginadas.
En este ciclo escolar, 2023 - 2024, donde recientemente concluyeron 78 profesionales que conforman la plantilla del Consejo se convirtieron en “héroes anónimos”, al superar innumerables obstáculos para garantizar que cada niño tenga acceso a una educación de calidad.
Orlando Balam Ek, coordinador regional de la Conafe, sostuvo que se atendieron 78 localidades, 56 en Felipe Carrillo Puerto; 20 en José María Morelos y dos en Tulum, brindando un total de 129 servicios educativos, con una matrícula de mil 93 alumnos distribuidos en distintos niveles.
Añadió que, los educadores que van entre 16 y 35 años, para llegar a sus zonas educativas, deben recorrer largos trayectos a pie, atravesando veredas y caminos poco transitados. La falta de transporte adecuado complica aún más su misión, pero esto no disminuye su compromiso ni su determinación.
Destacó que la carencia de escuelas y de instalaciones educativas adecuadas es otro de los grandes desafíos, pues en muchas localidades, las clases se imparten en espacios improvisados que carecen de los recursos mínimos necesarios, pero siempre con la tarea de llevar la educación.
“A pesar de estas condiciones adversas, los educadores de Conafe se esfuerzan por ofrecer una enseñanza de calidad, adaptándose y utilizando todos los medios a su alcance, cada paso que damos es una esperanza más que llevamos a nuestros niños y con esa visión es que nosotros avanzamos”.
Sostuvo que la matrícula del ciclo anterior que cerró fue de 376 en educación inicial, 326 en preescolar, 188 en primaria y 203 en secundaria y el impacto de la labor de estos educadores es invaluable, pues cada lección impartida, cada niño que aprende a leer y escribir, representa un paso adelante en la lucha contra la desigualdad educativa en estas regiones.
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