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Los precios al mayoreo también presentan diferencias.
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Al comenzar agosto, los meridanos se encuentran con una notable diferencia de precios en las verduras entre el tradicional mercado Lucas de Gálvez y los supermercados de “prestigio”.

En el mercado, los consumidores pueden encontrar el limón a 8.90 ó 10 pesos por kilo, mientras que en los supermercados su precio asciende a 25.90, el aguacate local se encuentra entre 20 a 25 pesos en el mercado y alcanza un costo de 49.90 pesos en los supermercados.

El chayote está a 30 en el Lucas, tiene un precio de 49.99 en un súper; la calabaza se encuentra a 40 pesos en el mercado, comparado con 52.90 en los selectos. El cilantro, que mantiene un precio de 10 pesos por kilo en el mercado, cuesta 15.90 pesos en el súper selecto, y la naranja agria, que se vende a 23 ó 25 pesos el kilo en el mercado, tiene un costo de 29 pesos.

Por otra parte, en la central de abastos, los precios al mayoreo también presentan diferencias interesantes. El limón se vende a 120 pesos por caja, lo que reduce el costo por kilo, el aguacate local se encuentra a 870 pesos la caja de 9 kilos, saliendo a 96 pesos por kilo al mayoreo. El chayote cuesta 310 pesos la caja, la calabaza 380 pesos la caja, el cilantro 160 pesos la caja y la naranja agria 250 pesos la caja.

Hasta el 25 de julio, los precios en el Mercado Lucas de Gálvez eran ligeramente diferentes, el limón se vendía entre 10 y 20 pesos por kilo, el chayote a 50 pesos por kilo, la calabaza entre 20 y 25 pesos, el cilantro a 10 pesos por kilo, y la naranja agria a 20 pesos, mientras que esa variación de costos en pocos días destaca la volatilidad del mercado y la influencia de factores como la oferta y la demanda en los precios de las verduras.

Estos contrastes en los precios son significativos y reflejan no sólo las fluctuaciones del mercado, sino también las diferencias entre comprar en un mercado tradicional frente a un supermercado. Los consumidores que buscan ahorrar en sus compras diarias pueden optar por el mercado Lucas de Gálvez, donde los precios suelen ser más bajos que en los supermercados.

Sin embargo, la central de abastos ofrece una alternativa para compras al por mayor, lo que puede ser beneficioso para quienes necesitan grandes cantidades de productos. A pesar de los precios más altos en los supermercados, estos lugares ofrecen la conveniencia de una amplia variedad de productos en un solo lugar, además de promociones y programas de lealtad que pueden atraer a ciertos consumidores.

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