“Cada familia debe ser una escuela donde los padres y los hijos puedan reflexionar y aprender juntos”, autor desconocido.

Una vez que terminamos las vacaciones, las fiestas, y reuniones familiares, nos damos cuenta que reunir a la familia a veces se vuelve complicado, no es fácil. Los que vienen de lejos, los que están aquí, los que se van. Son muchos los ingredientes: los secretos, las afinidades, los recuerdos, las alegrías, las diferencias de temperamento, las perdidas, los fracasos, los logros… cada integrante de la familia, trae sus propias cosas.

 La receta perfecta de la familia, no existe. A cada familia le gusta preparar a su propia manera su familia. Con sus cualidades y dificultades. La familia termina siendo un plato difícil de preparar.

 La receta de cada familia es imposible de copiarse, podemos ver cosas que nos gustan y reinventarlas en nuestro hogar, pero es imposible copiar idéntico, por la gran variedad de caracteres.

 Podemos apreciar que hay familias: dulces, amargas, otras simples o complicadas, otras con mucho condimento, otras deliciosas, alegres…La familia se crea día con día, se inventa y se degusta, se saborea, se vive cada momento.

Los miembros van aprendiendo poco a poco, improvisando, dando lo que pueden y transmitiendo lo que saben en el día a día.

En cualquier caso, la familia es un plato que debe ser servido siempre con gusto, caliente y con sabor a amor.

La familia es aceptación incondicional, memorias, empatía, unión, experiencias compartidas, perdón, generosidad, raíces comunes, amor.

Mucho se gana en los encuentros, la familia es un plato que, cuando se acaba, nunca más se repite.

"Feliz quién la tiene y sabe disfrutarla, aprovecharla y valorarla ..." La familia es un proyecto de Dios, es el mayor y mejor regalo.

Porque a veces cuando falta un miembro de ella, es cuando nos vemos como familia, desafortunadamente pareciera que el ingrediente que une es el dolor y la ausencia.
Así que…. En este año, cuando tengamos la oportunidad de estar juntos; vivamos hoy como si fuera el último día que fuéramos a estar juntos, con perdón, tolerancia, aceptación, alegría y amor.