La 4T provocando a los mercados financieros

El pasado jueves, el coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier, reveló que, en el mes...

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El pasado jueves, el coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier, reveló que, en el mes de septiembre, antes del término de este gobierno, habría de aprobarse la reforma judicial propuesta por el presidente López Obrador.

Algunos interpretaron incluso que serían todas las reformas constitucionales propuestas. En cuanto trascendió esta declaración, la cotización del peso frente al dólar se fue para arriba casi en 60 centavos. Al cierre de la jornada y tras lo trascendido, la cotización se regresó a 17.90 pesos por dólar.

Desde el martes de la semana pasada, la Secretaría de Hacienda hizo un esfuerzo para asegurarle a los mercados que la política hacendaria buscaría mantener la disciplina financiera, atender los problemas de Pemex y promover la inversión privada.

Ese trabajo, hecho con cuidado y dedicación, como si fuera un castillo de arena en la playa, fue derrumbado de manera burda y clara por la declaración del próximo senador poblano.

Hay personajes que quisieran que la línea que fuera a adoptar la próxima presidenta de la República fuera la más radical. No sé si Ignacio Mier decidió por él mismo cuál sería su declaración, o fue a propósito para medir la reacción de los mercados. En la 4T, en la competencia por quedar bien con quien todavía es el líder supremo, hay muchos que quieren obtener su reconocimiento. Que le apuestan a su respaldo, aunque le generen problemas a Sheinbaum.

Le apuestan a que AMLO siga como el líder permanente del movimiento. Ese tema será uno de los determinantes de la política en el curso de los próximos meses.

Pero, dudo mucho que Mier haya actuado por cuenta propia. Y curiosamente, su declaración coincidió con la renuncia de la secretaria de Administración y Finanzas del gobierno de la CDMX, Luz Elena González, para sumarse al equipo de Claudia.

El panorama más amplio me lleva a la conclusión de que ha empezado la guerra al interior de la 4T. Claudia y su equipo quieren llegar a la presidencia de la República con la mayor tranquilidad posible, para tener la capacidad de negociar y contar con márgenes, incluso para operar el programa propuesto por AMLO.

No sería extraño que la declaración de Mier fuera parte de una guerra al interior de la 4T, apuntando a “quemar” a los moderados y racionales, o bien, está midiendo las reacciones del mercado, insisto. El episodio del pasado jueves tiene que ver con este hecho.

Al paso de las horas se amortiguó el impacto. Pero si pensamos que el tema ya quedó rebasado, hay una equivocación. La actitud de los radicales de la 4T también se alimenta con las posturas de los más radicales de los opositores.

Entre ciertos sectores sigue habiendo la percepción de que hubo un fraude. En el otro extremo, hay una sensación de enojo y de pasmo. No entienden por qué perdió por 30 puntos cuando Xóchitl decía que la contienda estaba cerrada.

Las acciones de los que señalan que finalmente la oposición perdió por trampa alimentan a los radicales de la 4T, que están dispuestos a torpedear a los que buscan actitudes racionales del próximo gobierno. Delo por un hecho, tenemos a la vista un periodo complicado: o México progresa o nos volvemos Venezuela.

Resultados de elecciones 2024 tiran al peso y a otras monedas

A primera hora de la mañana del lunes de la semana pasada, una de las operaciones de divisas más rentables del mundo se desmoronó por un giro en las elecciones 2024 que pocos vieron venir en México.

Veinte horas más tarde, los inversionistas en India comenzaron a deshacerse frenéticamente de sus acciones, provocando un descalabro de 386 mil millones en un solo día, cuando se dieron cuenta de que habían calculado mal la victoria electoral de Narendra Modi.

En todo el mundo, los sorpresivos resultados en algunos de los mayores países en desarrollo están ilustrando lo mucho que los mercados tienen en juego en la política de 2024, y los peligros de confiar en las encuestas de opinión para predecir el resultado.

De Bombay a Ciudad de México, el año de las elecciones —en el que 40 países celebran votaciones nacionales— ya está quemando a los inversionistas, proporcionando una alerta temprana a medida que se acercan los comicios en la Unión Europea y el Reino Unido, y cinco meses antes de la contienda presidencial estadounidense.

A menudo, los pronósticos aciertan en los resultados principales —como la aplastante victoria de Claudia Sheinbaum, que la convertirá en la primera presidenta de México—, pero no en resultados más específicos, como el número de curules que obtendría el partido de Sheinbaum en la Cámara de Diputados o el número de escaños que obtendría Modi en el Parlamento.

Por supuesto que los problemas con las encuestas no son nuevos, y evidentemente no lograron captar el ánimo de los votantes antes del Brexit o de la victoria de Donald Trump hace ocho años. Pero lo que está en juego no ha hecho más que aumentar desde entonces, a medida que se afianza una era de populismo profundamente arraigado y el creciente nacionalismo difumina las líneas entre la política y los mercados.

¿Cuál es la importancia de la relación entre la política y los mercados? “Es muy bueno conocer los casos base y lo que está en el mercado, pero lo que realmente es muy importante es prestar atención al riesgo de cola, los riesgos externos, y cómo se desarrollarán esas posibilidades”, dijo Lindsay Newman, directora de la práctica global de macrogeopolítica de Eurasia Group en Londres. “Veremos más de eso en las próximas elecciones en Estados Unidos y el Reino Unido”.

El jueves, unos 373 millones de ciudadanos de toda la Unión Europea elegirán a los miembros del Parlamento Europeo en una decisión que afectará a 27 países y contribuirá a dar forma a la política en materia de comercio, regulación y clima. Se considera una prueba de si los partidos de extrema derecha están ganando peso, lo que lo convierte en un indicador de los vientos políticos.

Mientras tanto, las encuestas sobre las elecciones del 4 de julio en el Reino Unido apuntan a una victoria del Partido Laborista de la oposición —una posibilidad que los inversionistas han tenido casi dos años para descontar—, pero hay muchas estimaciones sobre la proporción de su triunfo. La mayoría de las especulaciones se han centrado en la magnitud de la probable victoria de Keir Starmer, que podría eclipsar la de Tony Blair hace más de un cuarto de siglo.

Un triunfo tan aplastante podría reforzar el impulso de políticas progresistas, como la reforma del régimen fiscal para distribuir la riqueza de forma más equitativa. Los inversionistas ven probabilidades de que los laboristas incumplan su promesa de no subir los impuestos sobre la renta o las sociedades, según una encuesta entre clientes de Nomura Holdings, publicada el miércoles pasado.

A medida que se acercan las elecciones, la libra esterlina ha ido ganando terreno frente a sus pares, alcanzando su nivel más fuerte frente al dólar en casi tres meses.

En Estados Unidos, donde la revancha entre el presidente Joe Biden y Trump se perfila muy reñida, los operadores han comenzado a prepararse para un aumento de la volatilidad, dado que el regreso de Trump podría intensificar la guerra comercial, agitar el mercado de bonos y arrastrar a otras divisas.

Algunos analistas bursátiles ya están apostando a las acciones de empresas estadounidenses que prosperarían en un Gobierno de Trump y vendiendo en corto las que saldrían perdiendo, como las empresas de energía renovable, señala Mauricio José Moura, fundador y socio de Gauss Zaftra. El fondo con sede en las Islas Caimán, que gestiona 20 millones de dólares en activos, se especializa en hacer apuestas basadas en elecciones. “Las encuestas no son una predicción, son una instantánea”, afirma Moura. “Si tratas las encuestas como una predicción, te vas a equivocar”.

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