Desahogo en equipo

Quintana Roo es un estado donde las inclemencias del tiempo no pasan inadvertidas. Chetumal es el caso...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Quintana Roo es un estado donde las inclemencias del tiempo no pasan inadvertidas. Chetumal es el caso más reciente, por la lluvia del fin de semana que, si bien es atípica por la cantidad, no es ajena: depresiones, tormentas y huracanes golpean con frecuencia de norte a sur.

El 2020, por ejemplo, en menos de un mes una tormenta y dos huracanes azotaron la franja norte: el 3 de octubre la tormenta tropical “Gamma” tocó tierra cerca de Tulum; el día 7 el huracán “Delta” ingresó por Puerto Morelos, y el 27 "Zeta” impactó como huracán para degradarse casi de inmediato a tormenta. Y así un recuento extenso.

Esa “cultura antihuracán” ha forjado el temple de las familias. De las autoridades también. Los protocolos sobre apoyos, rescates y refugios son desplegados con certezas frente a situaciones adversas. Igual la solidaridad y la empatía de la gente. Se constata en las redes sociales, donde se demuestran la sensibilidad y la resiliencia. En las más de 100 colonias de Chetumal, con estragos, aún por estas horas se ve todo aquello.

Siempre toca aprender. Los avisos sí se dan, aunque falta reforzar las faenas preventivas, donde la sociedad tiene un rol imprescindible. La autoridad municipal debe asumir su responsabilidad en una gran parte de dicha operación previa. Durante la contingencia todos los esfuerzos se ven limitados; sin embargo, después cabe tomar lecciones para corregir.

El cambio climático con sus fenómenos de temporada seguirá poniendo pruebas, probablemente con mayor intensidad. Los recuentos de daños y la atención a las familias se agradecen en la desgracia. Los paquetes alimentarios entregados por el gobierno de Mara Lezama son un alivio. El despliegue de funcionarios, de todas las dependencias estatales, ha sido determinante para establecer con claridad qué está pasando. Todo lo que sigue, como la limpieza de las áreas públicas es necesario para avanzar.

La fase previa es la que deberá fortalecerse, como la disposición y la recoja de basura, despejar las áreas verdes con monte, la atención al drenaje y a los pozos de absorción, entre otras acciones que son de competencia municipal en su gran mayoría. Otra gran parte debe ser un compromiso ciudadano porque los montículos de basura aparecen en avenidas principales y otros en zonas comunes, de la noche a la mañana.

Los riesgos son latentes de junio a octubre. A trabajar en equipo para sortear el vendaval. El desahogo es en equipo.

Lo más leído

skeleton





skeleton