Consejeros electorales, como el Tigre de Santa Julia
El proceso de elección de los integrantes del Poder Judicial de la Federación ha puesto a prueba, de manera sorpresiva...
El proceso de elección de los integrantes del Poder Judicial de la Federación ha puesto a prueba, de manera sorpresiva, la capacidad de respuesta y preparación de los consejeros electorales del Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo).
Lo que parecía ser un 2025 sin mucho movimiento, se convirtió en un reto inesperado para un órgano que, por costumbre, parecía estar en modo "vacaciones perpetuas", y no por falta de presupuesto, sino por una clara desconexión de la realidad electoral que vive el país.
La sesión convocada con carácter urgente el 14 de enero, para abordar asuntos relacionados con la reforma en materia del Poder Judicial de la Federación, dejó claro la falta de preparación notoria.
Los consejeros, que de manera tradicional se encuentran en un periodo de inactividad electoral, fueron sorprendidos al enterarse de que el Ieqroo debía sumarse a la organización de elecciones para magistrados y jueces, lo cual, al parecer, no estaba en sus planes.
A la sorpresa se le sumaron una serie de fallas técnicas durante la transmisión de la sesión, que fueron suficientes para que varios consejeros se quejaran de la falta de información y control. La consejera presidenta, Rubí Pacheco Pérez, mostró su creciente impaciencia y falta de respeto al interrumpir a la consejera electoral Claudia Ávila, una muestra más de la tensa atmósfera interna que caracteriza a este organismo, al decirle toscamente “No le concedo el uso de la voz”.
En cuanto al tema presupuestal, la sesión para aprobar la ampliación del presupuesto este sábado 15 de febrero fue tan desorganizada como la situación que rodeó la emergencia electoral.
Es menester recordar que mientras el Ieqroo pedía a finales del 2024 un presupuesto de 225 millones de pesos para este 2025, los diputados le habían asignado poco más de 185 millones de pesos, es decir, les aplicaron un recorte del 16% al considerarlo excesivo.
No obstante, el presupuesto de 2025 no contemplaba las elecciones extraordinarias que ahora se tienen que organizar, lo que resultó en una solicitud urgente, este sábado, de 226 millones de pesos para llevar a cabo la elección del Poder Judicial de la Federación.
En otras palabras, es casi el mismo monto que originalmente había solicitado la consejera Rubí Pacheco para el año completo, y que fue ajustado por el recorte legislativo, aunque no tenían elecciones qué organizar.
No es un secreto que los consejeros del Ieqroo están más acostumbrados a las vacaciones que a los trabajos electorales. Muchos de ellos suelen alejarse del escritorio cuando no hay elecciones en puerta, manteniendo una actitud de desconexión con las necesidades reales del sistema electoral.
Esta falta de visión se vio reflejada en la falta de preparación ante la eventualidad de un proceso electoral extraordinario, y más aún, cuando algunos de ellos, como Elizabeth Arredondo Gorocica, tomaron la sesión desde su auto, en un escenario poco profesional, casi como si fuera una reunión de amigos y no una sesión formal que define el futuro electoral del estado.
La falta de responsabilidad de los consejeros es particularmente evidente en temas de gasto, como lo denunció el consejero Adrián Manzanilla, quien expresó su indignación por la propuesta de arrendar fotocopiadoras con un costo anual cercano al medio millón de pesos, además de otros gastos “innecesarios” que afectan el presupuesto del Ieqroo. La falta de transparencia y eficiencia en el manejo de los recursos públicos es otro punto que refleja la desconexión de los consejeros con la realidad financiera del estado.
Es irónico que, tras todo este desorden, los consejeros hayan aprobado solicitar una ampliación presupuestal casi idéntica a la cifra que originalmente pedían para 2025, una vez que se les fue asignada la organización de las elecciones extraordinarias para los magistrados y jueces.
A lo largo de este proceso, el Ieqroo ha demostrado una vez más que se encuentra completamente fuera de sintonía con la naturaleza de sus responsabilidades, como si un evento electoral de esta magnitud fuera algo que pudiera organizarse "sobre la marcha". La opacidad, la falta de preparación, y la desorganización siguen siendo las constantes en un instituto que debería ser el referente de transparencia y eficacia electoral.
Aunque la respuesta es más que evidente ¿Habrá un gran caos en la organización del Ieqroo en este nuevo reto?