Con las reformas electorales, que incluye la eliminación de las curules plurinominales de todos los espacios de elección, el panorama cambiará para todos aquellos que han hecho de ello, ya sea en el Senado, Congreso Federal, locales y regidurías, su forma de vida.

El paquete de reformas electorales, que entrará una vez que se instale la siguiente legislatura, habla de la eliminación de 200 diputados federales plurinominales y 64 senadores. De esta forma, el Congreso Federal se conformaría por 300 diputados y 64 senadores, plantea.

Además, precisa, se buscará que este principio también se aplique en la elección de Congresos y gobierno locales, estableciendo parámetros poblacionales objetivos que fijen el número de diputados locales, regidores y concejales.

Tal planteamiento no es menor, porque actualmente algunos vividores de la política brincan de diputados federales a senadores, otros más se la pasan de regidores por ese principio hasta seis años.

Los regidores plurinominales son aquellos que entran de la planilla de la candidata o candidato a la presidencia municipal perdedores, solo les basta lograr el 3% del total de la votación y ya tienen una percepción económica nada despreciable, además del poder que les representa ser opositores en el gobierno de que se trate.

Con la propuesta de reforma, los Ayuntamientos se conformarán solo con las planillas ganadoras, y el número de regidores podría aumentar en algunos municipios dependiendo del número de habitantes, como ocurrirá en el caso de los Congreso locales.

Para el ciudadano común, el que no vive de la política ni de los partidos políticos, tal medida es positiva porque se evitará erogaciones en ese tipo de cargos que no les benefician en nada.

Pero además, ello permitirá que en las contiendas participen realmente buenos candidatos, que las propuestas de campaña sean reales y aplicables y no ocurrencias para “pepenar” votos.

En resumen, las propuestas electorales no son bien vistas para los que viven del sistema de partidos y de las institucionales electorales, con el argumento que sirven para la representación de las minorías.

Sin embargo, los hechos y la historia nos dice que ese principio se perdió desde hace mucho, y que solo se utilizó para mantener y perpetuar dirigentes partidistas, líderes sindicales, familiares y allegados políticos. Así las cosas y el panorama que pinta la reforma electoral. Hasta la próxima.