Huracanes explosivos: “Milton” (y II)

Juan Vázquez Montalvo: Huracanes explosivos: “Milton” (y II)

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La tarde del pasado 6 de octubre, la tormenta “Milton” se convirtió en huracán con la categoría 1 de la escala Saffir-Simpson, y en aquel momento los modelos de pronóstico nos indicaban que este sistema se movería hacia el este y noreste, y no norte y noreste, debido a que las altas presiones ya instaladas en los EE.UU. con la llegada de las masas de aire frío y pesado propias de la época, impedían la llegada de cualquier ciclón a la zona, y a largo plazo se esperaba que pasara a 160 km de las costas yucatecas y a 40 km al norte del arrecife de Alacranes sin peligro alguno para a Yucatán.

Sin embargo, en el reporte de la medianoche cambió su rumbo hacia el este, los modelos ahora indicaban que pasaría entre el Arrecife de Alacranes y la Península de Yucatán, y con ese pronóstico nos fuimos a dormir, pero “Milton” tenía una desagradable sorpresa al amanecer del día lunes, pues ya se había convertido en un poderoso huracán 2 de la escala Saffir-Simpson, con vientos sostenidos de 155 km/h con rachas que sobrepasaban los 200 km/h, y se movía hacia el este y sureste, amenazando a la costa norte de Yucatán, siendo que pasaría más cerca de lo previsto, aunque luego tomara rumbo a las costas de Yucatán, por lo que las autoridades del Centro Nacional de Huracanes y las del Servicio Meteorológico Nacional dieron aviso de huracán en toda la costa yucateca.

Había confianza en que sólo sería un susto para Yucatán, pero en el reporte de las 7:00 horas, “Milton” alcanzó la categoría 3 de la escala Saffir-Simpson, y lo peor seguía rumbo hacia el este y sureste poniendo en peligro no sólo la costa yucateca, sino la parte norte del Estado, que incluía a la ciudad de Mérida.

En su reporte especial de las 8:30 horas, el Centro Nacional de Huracanes indicó que no sólo seguía este y sureste su movimiento, sino que ya había alcanzado la categoría 4, con vientos de 250 km/h y rachas de hasta 300 km/h, lo cual encendió las alarmas de la población yucateca, ya que era un huracán muy poderoso y peligroso, pero aún no se reponían cuando a las 10:00 horas ya era un huracán categoría 5 con vientos sostenidos de 260 km/h y rachas de más de 300 km/h, con movimiento hacia el este y sureste con rumbo hacia la costa yucateca rumbo a la zona entre Sisal y Progreso.

Lo peor ocurrió a las 13:00 horas, cuando estando casi al norte de Celestún alcanzó su máxima intensidad en la categoría 5, al alcanzar sus vientos sostenidos de 285 km/h con rachas de casi 350 km/h, pero, aunque ya su movimiento era este franco, se temía lo peor, más daño que el provocado por “Gilberto” en septiembre de 1988 para la costa y el norte del Estado.

Pero en ese momento un cambio en la ubicación de su ojo más al norte provocando un alejamiento de su energía 30 km más al norte de la costa yucateca, y un movimiento hacia el este y noreste salvó de lo peor a la costa y al norte de Yucatán, ya que por ser de pequeño diámetro sus vientos de huracán no avanzaban más de 30 km y los de tormenta no más de 70 km del centro de su ojo, suficiente para que toda su fuerza quedara en el mar y la costa sólo recibió afectaciones por marejada menor de lo esperada entre Celestún y Telchac Puerto. (Continuará).

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