Los anodinos, la gran epidemia

Jacinto Herrera León: Los anodinos, la gran epidemia.

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Hoy más que nunca este término se ha vuelto la constante para muchos agazapados, guardados y transformados sujetos serviles. A pesar de la incesante lucha por alcanzar altos estándares y enarbolar la excelencia, la mediocridad o anodinia sigue siendo un estilo de vida que impacta negativamente en el colectivo con valores. Esta ineficacia, cual cáncer incipiente invade los espacios en cualquier terreno de la vida, victimando desde el menos estudiado hasta a quien ostenta numerosos títulos académicos y/o nobiliarios.

Pero el problema radica en que, a pesar de que conocemos a estos sujetos de poca monta, en sumadas ocasiones son acogidos por quienes desean mantener ese ambiente que favorece interese personales, utilizando argumentos legaloides para sostener al pusilánime. ¿Pero que es un insustancial anodino, quien cual cáncer se guarda en rincones oscuros, entrampado en su ignorancia, esperando su retiro e ignominia?

La palabra mediocre proviene del latín mediocris, que significa “medio” o “común”. Etimológicamente está compuesto por el vocablo medius, que expresa “medio o intermedio”, y ocris, que significa “montaña o peñasco escarpado”, por lo que indica a algo o alguien que se queda a mitad del camino. La palabra mediocre es utilizada como sinónimo de: mezquino, mediano, vulgar y común.

Más de alguno ha sido víctima de deleznable personaje carente de actitud, cimentado en la nula aptitud. Ante tal escenario nos preguntamos: ¿cuáles serían los enemigos o factores internos y/o externos que orillan a estar dentro del selecto grupo de mediocres? Abundando, me permitiré citar a la carencia heredada de alcanzar un propósito más elevado, en mismo orden de ideas, estas personas evitan utilizar su tiempo para la reflexión, y mucho menos se cuestionan circunstancias trascendentes o investigar procesos desconocidos de su cotidiano devenir.

También tenemos al autoengaño, creando y creyendo en una falsa realidad que imagina objetivos que distan mucho poder enfrentar, por lo que necesariamente se rodea de personas que le dicen lo que quiere escuchar; igualmente destaco los miedos creados por el mediocre, mismo que utiliza para justificar su falta de pericia y conocimiento, y así podríamos continuar con larga lista.

Desafortunadamente, la gente con este calificativo es parte del retroceso, del estancamiento que impide el crecimiento del grupo o institución, que en su conjunto luchan por una nueva administración con valores, que permita romper la inercia lacerante.

Querido lector, quienes tenemos algunos ayeres vemos con tristeza cómo la envidia, la desidia, apatía e insustancial vida busca con intrigas y “chismes de pasillo” ocupar nuestro mayor capital, y me refiero al tiempo, único e irrepetible. Finalmente, te digo que jamás te des por vencido, “sal de la caja” y continúa luchando por cambiar y construir un futuro que dé lustre al decadente ser humano.

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