Cabalgante Burnout en el sector salud
Jacinto Herrera León: Cabalgante Burnout en el sector salud.
A lo lejos escuché una voz que, fatigado y cansado como consecuencia de la apabullante “avalancha” de pacientes asignados, lamentaba cómo se seguía sacrificando la calidad, con tal de llenar indicadores para informes políticos. Esto sucedió al interior de una instancia gubernamental en reciente tarde, que conforme a lo dictado, por mucho dista lo que en salud laboral se espera. Desafortunadamente quienes deben defenderla pecan de omisión, ante ceguera entendida.
Hemos recientemente dado cuenta de los alcances que en cuanto a andamiaje legal y normativo se han establecido para proteger a los trabajadores del hostigamiento, acoso y violencia laboral se refiere y en esta oportunidad les hablaré sobre el Síndrome de Burnout o Síndrome del quemado, que curiosamente sus características y particularidades fueron estudiadas en el ámbito de los servidores de salud, llámense médicos, enfermeras, asistentes, personal administrativo por no dejar de citar. Que dicho sea de paso, es en los espacios donde menos se han aplicado acciones específicas.
La OMS reconoce como enfermedad el burnout o “síndrome de estar quemado”, por lo que en la 72 Asamblea en Ginebra dio validez oficial a este desgaste profesional, tras la ratificación de la revisión 11 de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11), cuya entrada en vigor se fijó para enero de 2022. El término «burnout» fue acuñado por primera vez en 1974 por Herbert Freudenberger, en su libro “Burnout: The High Cost of High Achievement”.
Este trastorno es consecuencia del estrés laboral crónico, cuyo crecimiento nos está llevando a que el servidor de salud, ante la indiferencia de quienes deberían estar vigilando su integridad, se sacrifica para poder servir con calidad y sin presiones a quienes se deben: los pacientes. El notable y evidente agotamiento emocional, actitud distante frente al trabajo (despersonalización), con sensación de ineficacia y de no hacer adecuadamente las tareas, que cual dominó, lleva a frustración y pérdida de habilidades para comunicación. Podríamos decir que el detonante es el desequilibrio de fondo, entre la habilidad personal, exigencia laboral y recursos proporcionados, para alcanzar objetivos trazados. Tenemos publicaciones nacionales que ratifican su existencia e inclusive establecen herramientas de capacitación para atención.
Sobre los alcances en la materia, intra y extramuros, poco sabemos. Lo que es una realidad es que el 75% de los mexicanos padece fatiga por estrés laboral, superando a China y Estados Unidos. El Síndrome de Burnout se incluye así entre los principales problemas de salud mental y en la antesala de muchas de las patologías psíquicas derivadas de un escaso control y de la carencia de una prevención primaria.
Incomprensible, pero cierto. Seguiremos emitiendo normas y documentos que hasta la fecha son letra muerta.