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Esta es una pregunta reiterada en las diferentes ocasiones en las que he contactado, publicado, conversado o compartido algo sobre algún caso de mujeres que están viviendo algún tipo de injusticia: ¿la conoces? Cuando reciben mi respuesta negativa, puedo observar en sus rostros un cuestionamiento, que luego sin lugar a dudas es efectuado: ¿y cómo es que la estás ayudando?

Crecemos con el aprendizaje de “no te metas en problemas ajenos”, pero yo te pregunto: ¿qué tan ajeno es un problema cuando esa situación se esta dando en tu comunidad?, ¿qué tan lejano te es a ti cuándo formamos parte de un todo y si uno no está bien, todos somos afectados?

Violencias, injusticias, falta de empatía, insultos, humillaciones, robos, amenazas, vejaciones. Y ¿qué hacer?, ¿quedarnos sólo mirando que las cosas pasen a nuestro alrededor porque no es nuestro problema?

Me contacte con Ericka cuando me llegó la Alerta Amber de su hija Lucía Estrada Contreras. Quedamos en encontrarnos en un café para que me platicara sobre su historia y lo que había vivido a 20 días de no saber del paradero de su hija. Hoy, a un mes del último día que la vio, sigue luchando por encontrarla.

Tristemente se convirtió en parte de las estadísticas de la violencia vicaria en Yucatán, la cual está viviendo por parte del padre de su hija, ex consejero de la Codhey. Persona con la cual fue vista por última vez Lucía de 5 años.

¿Acaso esto no afecta a nuestra sociedad? La injusticia, el dolor de una madre que no sólo ha sido violentada por quien se supone que debería proteger a su pequeña, sino que ha sufrido negligencia y revictimización por parte de la “justicia” de este Estado. Y las secuelas que esta vivencia dejará en esa niña que hoy ha sido privada de su libertad (aunque haya personas que no lo vean de esa forma), ¿creen que no tendrá consecuencias para nuestra sociedad?

Desde el 2022 la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, el Código de la Familia y el Código Penal se modificó para tipificar la violencia vicaria que hasta entonces había sido ignorada por el Estado, pero que al día de hoy miles de mujeres la siguen viviendo.

Todos los días madres sufren la amenaza de que les quitarán a sus hijos/hijas y otras tantas ven la amenaza cumplida por sus parejas o ex parejas. Una de tantas violencias a las que no podemos seguir siendo indiferentes.

Por eso, si algún día decides actuar a favor de alguien y te preguntan ¿la conoces?, la respuesta debería ser: ¿acaso importa?

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