Los aires patrióticos y cívicos que se vivían a nivel nacional con motivo del Centenario dejaron sentir su influencia en Mérida. En el programa oficial “El Centenario de la Independencia. Programa del H. Ayuntamiento. 1810–1910” publicado en el Diario Oficial del Gobierno del Estado se expresaba lo siguiente: “¡Qué espectáculo más conmovedor y hermosamente sublime ofrecen las ciudades y poblaciones todas de la República ofrendando el preciado homenaje de su admiración á la memoria de los ínclitos varones que tras cruentísima lucha nos legaron Patria, Libertad e Independencia!”, y continua “desde aquel hecho memorable que diera vida propia á México, al horrísono fragor de los combates fratricidas, ha sucedido la lucha pacífica por el progreso en escuelas y talleres, á la sombra bienhechora de la Paz”.

Estas palabras evidencian el vínculo que se buscaba establecer entre el pasado y el presente. En un primer momento, se hace referencia a los primeros insurgentes que protagonizaron la lucha independentista, para luego enaltecer el presente, representado por el progreso pacífico bajo su sombra bienhechora de la Paz, esto lógicamente en clara alusión a la figura del presidente Porfirio Díaz. Las actividades programadas para la conmemoración incluyeron desde las inauguraciones de obras públicas hasta eventos artísticos y culturales, fastuosos en el caso de las élites, pero más sencillos y populares para las clases bajas. Entre el 14 y el 18 de septiembre, la capital yucateca vivió jornadas de auténticas festividades patrióticas populares. Las celebraciones comenzaron el 14 de septiembre a las seis de la mañana con el izamiento del Pabellón Nacional en todos los edificios públicos de la ciudad, acompañado por la música de la Banda de tambores y cornetas del Cuerpo de la Gendarmería, culminando con el repique de las campanas de los templos religiosos.

Posteriormente, se llevó a cabo la colocación de la primera piedra del monumento a la Independencia Nacional en el centro de la Plaza de la Independencia, aunque dicha obra nunca se materializó. Tras este acto inaugural, la comitiva, encabezada por el gobernador Enrique Muñoz Arístegui, procedió a la inauguración de la “Exposición Agrícola” en un local del centro de la ciudad. El 15 de septiembre comenzó con la inauguración del monumento en honor a Joaquín García Rejón, erigido en el parque de San Cristóbal.

Más tarde, se realizó la tradicional ceremonia del Grito de Independencia en la Plaza Grande, a la que asistieron multitudes de personas de diversos estratos sociales. La festividad fue amenizada por la Banda de Música del Estado y un espectáculo de fuegos artificiales. El 16 de septiembre se llevó a cabo un desfile histórico por las principales calles de la ciudad, con la participación de los contingentes de las fuerzas armadas, estudiantes de diversas instituciones educativas, como el Instituto Literario del Estado, así como representantes de las colonias extranjeras residentes en Mérida. La prensa de la época brindó una amplia cobertura a todas las actividades programas para festejar el Centenario. (Continuará).